Seguro que todos tenéis «alguien» cercano que se apasiona rápidamente con cualquier idea y se aburre de ella a la misma velocidad, que intenta probarlo todo, que no puede estar quieto, que está todo el día con pensamientos e ideas absurdas, que hace de todo aunque no sepa de nada y se equivoque…

Pues cuando eres así y te encierran en casa contigo mismo y no puedes ni salir, ni hacer nada, sólo puedes pensar, y de repente se te ocurre una idea y consigues que quien sí tiene autorización de movimiento te aprovisione del material que necesitas y lo que empezó siendo una actividad para que tu cerebro se distraiga y no te vuelvas loco, acaba siendo un proyecto superchulo con el que liberas tu creatividad y ayudas a los demás a conseguir sus sueños.

Ese «alguien» soy yo, Cerci.

Gracias a Pau por abastecerme, crear este fantabuloso escaparate y creer en mi. Y por supuesto gracias a Almu por soportarme, entenderme, apoyarme y sobre todo (y pese a todo) quererme.